sábado, 26 de mayo de 2012

Mi propia identidad

Si pudiera, si tuviera la oportunidad de crear un deseo, desearía no ser así. Desearía poder alejarme de las cosas, de las lágrimas del pasado y del presente que me hiere. Borrar las veces que estuve así, sin saber siquiera que decir pero con tantas cosas por gritarle al mundo. Porque me acostumbre a susurrarle a la vida, y esa falta de fuerza no me hizo vivirla en muchos momentos. Porque quizás el cansancio sea ya demasiado. Puede que incluso el suficiente. Cada vez mi cabeza guarda más cosas que el alma tiene menos ganas de afrontar. ¿Y mi corazón? Mi corazón sigue aquí. Sin ninguna duda a cerca de quien es quien el que lo hace latir. Pero con miedo. Mucho miedo. Día a día intenta concienciarse de que no. De que no tiene motivos para hacerse tan tan pequeñito en determinados momentos. De que si es capaz de soportar el sufrimiento. De hecho sabe que lo ha hecho bastantes veces, pero sabe que vendrán más. Lo intenta. Hace todo lo posible por no sentir las cosas así, al límite. Pero no puede. Demasiados momentos en que las situaciones se apoderan de él. Y es esa forma suya de ser, de vivir, de latir de un modo distinto. Es mi identidad. El lugar en el que se recoge todo lo que soy. El rincón más escondido, y a la vez el que en más momentos se hace ver. Porque no lo puedo evitar. Demuestra estar ahí en cada instante en que quiero. Cuando lucho por sonreír, él es quien me empuja. Y cuando lo consigo, es él también quien me prepara para ese justo momento en que deje de hacerlo. Con él sufro. Es el único que sabe exactamente lo que siento porque él es quien me hace sentirlo. Y siento así. infinitamente. Siento tan profundamente como se pueda sentir. Más incluso. Siento al 100% en cada segundo, y aunque el 50% acabe en sufrimiento, no puedo dejar de hacerlo. Aunque no quiera, sufro porque no puedo sentir de otra forma. Porque sentir como lo hago puede ser mi grave error, puede hacerme llorar incesantemente. Y tal vez deba pedir perdón por ser yo. Incluso deba pedírmelo a mi misma también. Pero una vez hecho esto, quiero seguir sintiendo. Quiero seguir queriendo así, y lo haré.

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