miércoles, 13 de marzo de 2013


A veces me siento aquí, en frente del papel y no pienso en nada. Intento que todo lo que pienso se escape por un tiempo que quizás quiera sea siempre. Y sólo siento. Me convierto en sentimiento y así escribo. Te escribo. A ti,sí. A la mejor parte de mí. Aquella en donde no hay sufrimiento, rabia y dolor. Aquella en la que no tengo porque callar. El lugar donde soy libre. La paz que necesito. La tranquilidad que nunca antes había sentido, sólo contigo. Porque sólo contigo respiro y me estremezco de felicidad, sin sentir miedo. Y aquí, a tu lado, los gritos son en silencio; no con palabras, sí con besos. Y las ganas de llorar dejan de ser de ansiedad para convertirse en emoción. Porque contigo sólo puedo llorar por eso: emoción. Emoción de sentirte conmigo, frente a frente con el mismo valor, sin que haya nada superior capaz de arrancarnos una y otra vez las mismas ilusiones que ni siquiera sé si existen. Y la obsesión que me produce que vuelvas, para no irme jamás. Contigo no quiero escapar. Y sé que las palabras no se acaban en un simple instante, porque su importancia, la que tú les das, las hace válidas mientras exista el tiempo. Porque son verdaderas y puedo creer en ellas ciegamente. Y creo en ti; te sigo sin pensar. Sé que pase lo que pase siempre pensarás en mi como lo primero y único. Que no habrá nada menos importante que antepongas a mi. Y que las piedras que podamos encontrar en el camino, las superaremos juntos. Porque nunca me alejarás de ti cuando no me necesites. Y que no importa el límite de mis sentimientos porque sé que no romperías ninguno de ellos sin que no te doliese a ti también. Y los cuidas, los valoras, los haces perfectos. Simplemente haces que todo sea en mi mundo sea perfecto porque así es tu forma de quererme: perfecta.

2 comentarios:

  1. Belén, imagino que le hablas a un gran amigo, a ese del alma, al que no te deja jamás.
    Seguiré leyéndote.
    Bienvenida.

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  2. Belén: Que lindo llorar por emoción y no por dolor y más aun enfrentar la hoja en blanco desde el buen ánimo y no desde la desazón como muchas veces pasa…
    Linda entrada, Saludos!

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